Las Islas Lofoten

Lofoten es sinónimo de paisajes de postal, de montañas escarpadas que emergen sobre fiordos de aguas turquesa, de pesca, de surf, de nieve, de auroras boreales y de sol de medianoche. Es un archipiélago formado por unas 2.000 islas situado a 160 km por encima del Círculo Polar y que están conectadas con la península por la carretera E10, que las atraviesa de norte a sur a través de numerosos puentes y túneles submarinos.

Al igual que ocurre en Tromsø, las Islas Lofoten están bañadas por la corriente del Golfo de México, que hace que las temperaturas no sean tan extremas a pesar de estar situadas en latitudes tan altas (paralelo 67 y 68). Todo un paraíso en medio del extremo clima del ártico. En invierno la temperatura media ronda los -2ºC y en verano los 12ºC. Aunque la lluvia suele estar muy presente, de media llueve cada 2 días, el cielo es muy cambiante y se puede despejar muy rápido y volverse a nublar. Un poco más al norte se encuentra el archipiélago de Vestarålen, separado por el famoso Fiordo del Troll, famoso por el avistamiento de ballenas y por el importante puerto de Andøyå, que comunica también con la isla de Senja.

Lofoten presume además de tener algunos de los pueblos que compiten por ser los más bonitos de Noruega: Reine, Hamnøy y Henninsværg, entre otros. Su capital, Svolvær, cuenta con un pequeño aeropuerto que recibe vuelos cortos desde Bodø. También puedes llegar desde la península en barco, coche o autobús. Y no importa el mal tiempo, las carreteras son transitables todo el año gracias a las incansables máquinas quitanieves y a las ruedas de clavos.

Este archipiélago es un gran desconocido para los que venimos del Sur, a no ser que seas un entendido de la pesca. Si ése es el caso, te resultará familiar la captura del «skrei» o bacalao del norte, la actividad tradicional de los lugareños. Entre los meses de enero a abril, toda la costa se llena de grandes armazones de madera que sirven para secar el pescado, que luego los noruegos cocinan con deliciosas recetas, muy parecidas a las de la cocina mediterránea, o para exportar a otros países. En primavera, es lugar de cría de los puffins, frailecillos, muy típicos también de Islandia.

¿Cuál es la mejor época para visitar Lofoten?

Todo depende de cuáles sean tus objetivos. Si lo que quieres es ver auroras y paisajes nevados, la temporada comienza en septiembre y termina a primeros de abril. La nieve cae cada vez más tarde, hacia finales de octubre. Las islas cubiertas de un manto blanco son una pasada, pero el mal tiempo dificulta a veces hacer rutas. También ten en cuenta la noche polar, que va desde mediados de noviembre a mediados de enero, durante la cual no hay nada de luz solar y no disfrutarás igual de la belleza de los paisajes.

A finales de mayo, el verano nos regala 24 horas de sol, con la posibilidad de hacer rutas de hiking a cualquier hora del día, disfrutar de las alucinantes vistas desde lo alto de una montaña o bañarse en la playa (para los más atrevidos). Finales de agosto y septiembre también son perfectos porque el clima todavía es moderado, con algo de viento, y se empiezan a ver las primeras auroras.

Cuántos días dedicar

Mi recomendación es dedicar al menos 3 o 4 días para ver los sitios más bonitos y emblemáticos, incluyendo un par de rutas de hiking. Ten en cuenta que moverse por las islas lleva más tiempo de lo parece. No se puede conducir rápido, las carreteras son de un solo carril y en muchos tramos hay que ir a 50 o a 60 (cuidado con las multas). Por ese motivo, recorrer 40 km puede llevarte una hora. Y si vas en invierno, las horas de sol se reducen muchísimo, hasta tener noche polar, por lo que no tendrás tiempo de ver tantos sitios como en verano.

Y si tienes más tiempo, entre 8 y 12 días para conocer los lugares más recónditos y únicos de las islas, disfrutar de la gastronomía e incluso atraverse con un «dip cold water«, muy típico el día de Año Nuevo, que consiste en sumergirse durante 10-15 segundos en el agua gélida del fiordo para «inmunizarse» para todo el invierno.

Qué ruta seguir

Muchas personas prefieren centrarse en la zona sur para ver los pueblos más icónicos. Siendo así, lo ideal es coger el ferry que va desde Bodø hasta Moskenes y contratar allí un coche de alquiler. O volar hasta Leknes. Te ahorras tiempo en carretera, pero los alojamientos en esta zona sueles ser más caros.

La opción más económica y habitual es empezar desde Svolvær hacia el sur. Tomar el avión desde Oslo a Harstad-Evenes y alquilar allí un coche o bien coger el autobús 300 (línea regular) o el Flybus hasta Svolvær. Ambos cuestan unos 30 euros. El recorrido total del bus dura entre 8 y 11 horas, según las paradas, pero por la poca frecuencia que tienen no lo recomiendo como medio para explorar las islas.

Otra opción es volar a Bodø y tomar el ferry express o el Hurtigruten directo a Svolvær. En Svolvær hay más agencias de alquiler de coches y los alojamientos son más baratos. También cuenta con un pequeño aeropuerto, pero los precios de los vuelos son elevados. Independientemente del itinerario a seguir, recomiendo alternar un par de noches en diferentes islas para no perder mucho tiempo conduciendo y ahorrar en gasolina.

Iglesia de madera de Svolvær, Kabelvag

Mi itinerario de 3 días en Lofoten: desde Svolvæer hasta Å

Svolvær es la capital del archipiélago y se encuentra ubicada en el centro de las islas, por lo que puede funcionar muy bien como campamento base. Tiene un puerto con encanto, supermercados y tiendas, gasolineras, oferta de alojamientos y el Magic Ice Bar, un bar de hielo por el que pagas 25 euros (18 euros si eres estudiante) para ver unas cuantas esculturas a lo frozen, tomarte un pequeño cóctel y reafirmarte sobre lo que pensabas antes de entrar, que has caído en una trampa para turistas.

Svolvær – playa Rørvikstranda – Henninsvæerg – hiking Festvågtinden

Comenzando la ruta hacia el sur, la primera parada obligada está en Kabelvag, a unos 15 minutos, con una preciosa iglesia de madera situada al lado de la carretera, conocida como la Catedral de Lofoten. Parada obligatoria para hacer unas fotos y dar un paseo por los alrededores.

Unos 20 minutos después toma el desvío que conduce a Henninsværg por la carretera 816. Nada más coger el desvío ya se ve a la derecha una pequeña y preciosa playa de arena blanca, llamada Rørvikstranda, perfecta para hacer fotos, y quedarse embobada viendo el atardecer. La carretera tiene tramos muy estrechos, aunque hay algunos rellanos para dejar pasar coches, se recomienda conducir con calma. Antes de llegar hay un parking gratuito desde donde comienza el popular ascenso al Festvågtinden, una subida que me pareció algo exigente pero merece la pena por las alucinantes vistas que tiene. Yo sólo llegué a la mitad del camino, donde se ubica una pequeña laguna y varios acantilados desde donde contemplar una paisaje del mar salpicado por pequeñas islas que forman el pueblo de Henninsværg. Si sigues subiendo hasta la cima de la montaña podrás disfrutar de unas de las vistas más impresionantes de todas las islas Lofoten, pero es un ascenso algo peligroso y es mejor ir bien preparado y acompañado. El tiempo total de la ruta son 3 horas a buen ritmo.

Henninsværg es un pequeño y curioso pueblo porque está repartido entre varias islas unidas por puentes, más conocido como «la Venecia del Norte», gracias al canal que lo atraviesa. Es famoso también por albergar un campo de fútbol que ocupa una sola isla para él solito. Para visitarlo lo mejor es dejar el coche en uno de los parkings de pago habilitados y pasear por sus preciosas calles. Se paga a través de la app de easypark. Aunque si te sobra el tiempo, puedes llegar andando desde el parking gratuito del Festvagtinden.

Museo Vikingo – Playa de Unstad – Playas de Haukland y Uttalkiev

Volviendo a la E10, hacia el sur, el siguiente puente conecta con la isla Vestågøy. Aquí se ubica el Museo Vikingo Lofotr, construido bajo el casco de un barco vikingo volteado. En él se exhiben multitud de restos arqueológicos de la época vikinga y está abierto todo el año. Además puedes reservar para disfrutar de una cena con ambiente o para ver auroras boreales, visibles desde septiembre hasta principios de abril. Si vas en verano, ofrecen actividades al aire libre que te trasladarán a otra época y harán que te sientas como si fueras el mismísimo Ragnar. Puedes ver otra perspectiva del barco desde la extravagante iglesia «Borg», situada en lo alto de una colina aledaña.

El siguiente desvío «de visita obligada» es la playa de Unstad, el paraíso de los surferos. Sí, surferos, has leído bien. Da igual que sea invierno y el agua esté a 4 grados, verás a auténticos valientes en traje de neopreno cabalgando sobre las gélidas olas, de las que se dice que son de las mejores del mundo en estas latitudes. Te recomiendo ver el documental de Netflix «North of the sun».

Si vas en furgo o camper y quieres pernoctar aquí, esta playa tiene un parking de pago por 5 euros. De camino, hay que atravesar un túnel pegado a una granja de cabras, que siempre están al lado de la carretera. Cuando me paré allí para sacar fotos, éstas saltaron la valla y empezaron a perseguirme por la carretera hasta el túnel. Al día siguiente, me contaron que hay un cabrero en la zona que se queja siempre de que se le escapan las cabras… no sé por qué será.

Desde aquí puedes enlazar con la carretera que lleva hacia las maravillosas playas de Haukland y Uttalkiev, donde también puedes hacer una ruta de subida al monte Mannen y alucinar con las vistas. Siguiendo más al sur encontrarás varios desvíos para llegar a diferentes pueblos pesqueros que merece la pena dedicar un buen rato, como Ballstad y Stamstund. En esta isla también está Leknes, la segunda ciudad más grande del archipiélago, donde se ubica el segundo aeropuerto y que cuenta con varios supermercados grandes, una oficina de turismo y muchos alojamientos.

Pasado Leknes puedes tomar el desvío 815 para llegar al precioso pueblo Stamsund, uno de los más grandes de la zona y que cuenta con su correspondiente ruta de subida a un monte que regala otras vistas de infarto, el Steinetind.

En algunos rincones puedes encontrar arquitectura al aire libre como «la escultura sin nombre«, plantada frente a un fiordo, obra de Dan Graham, que captura la luz y el paisaje en su espejo 3 caras, colocando al espectador en el entorno y reflejando la belleza que lo rodea. Ten claro que en todos tus trayectos por carretera sentirás ganas parar a cada momento para disfrutar de las vistas y hacer fotos, pero ten cuidado y detén el coche en un lugar que no obstaculice la carretera, porque no hay arcén y circulan bastantes camiones. En casi todas las playas y pueblos encontrarás parkings, la mayoría gratuitos. Y si vas en invierno, no te pares en cualquier sitio porque el coche se puede quedar atrapado en la nieve. Yo usaba también las paradas de autobús o los accesos a las granjas.

Lofoten Beach Camp – Iglesia de Flasktad – Nujsfjord – Playa de Ramsberg

En la siguiente isla, Flakstad, se encuentra el Lofoten Beach Camp. Un pequeño resort con bar y escuela de surf en la playa de Skagsanden, donde verás grupos de cursillistas, a veces surfeando las olas en kayak. Justo al lado está la pequeña iglesia roja de Flasktad, que data de 1780, con un curioso cementerio pegado a una granja. Un poco después en la carretera, verás el desvío para llegar Nujsfjord, otro pequeño pueblo pesquero típico de las Lofoten.

Unos 10 o 15 minutos más adelante está la preciosa playa de Ramsbergtranda, de arena fina blanca y un agua increíblemente clara, que parece del Caribe, ideal para pasear y bañarse si te atreves. Está justo al lado de la carretera y el parking es gratuito. Después verás el desvío para ir a Sund, otro pueblo encantador con típicas casas rojas y amarillas. Aquí está el museo Blacksmith at Sund de objeto relacionados con la pesca, creo que sólo abre unos meses a partir de abril.

Hannoy – Reine – Moskenes – Å – Kvalvika

Y a partir de aquí se alcanza el sur de las islas, donde se encuentran los pueblos más populares e icónicos de las Lofoten: Hannoy, Reine y Moskenes. Los paisajes que verás son de postal, con las típicas cabañas rojas de pescadores «rorbuer» que se elevan sobre tranquilas aguas turquesas y un fondo de montañas escarpadas. Justo antes de pasar a esta última isla puedes tomar el desvío a la famosa playa salvaje de Kvalvika, a la que se sólo se puede llegar andando durante una hora. Y si continuas hasta el final del todo está el pueblo con el nombre más corto del mundo: Å, donde termina la carretera.

Y el broche de oro es hacer la ruta de subida al Reinebringen, que cuenta con cientos de escalones construidos por los sherpas. La subida dura alrededor de 2 horas, y ofrece una de las mejores vistas de todas las islas. Yo me quedé sin poder subir porque justo esos días estaban los sherpas reconstruyendo las escaleras, así que el camino estaba cerrado.

Las playas de Lofoten

Quizás hayas visto más de un vídeo en el que aparece una pasarela de madera que baja hasta una playa rodeada de montañas, de fina arena blanca y agua color turquesa. Pues seguramente sea la playa de Rambergstranda, que se asemeja más al Caribe que al Ártico, sobre todo en días soleados. Cualquiera lo diría hasta que pruebas el agua. Está situada en la isla de Flakstadoya y justo al lado de la E10, así que se ve desde la carretera. Tiene un pequeño parking gratuito.

Otra de las playas icónicas es la de Kvalvika. Está al norte de la isla de Moskensoya y se llega tomando el desvío 808. Una vez dejas el coche en el parking Bergland, puedes hacer la ruta de subida al monte Ryten o ir directamente hacia la playa (1 hora aprox). Si no hay nieve te recomiendo que subas la montaña para admirar desde lo alto la belleza salvaje de esta playa.

Otras dos maravillas son las playas de Uttalkiev y Haukland, muy cerca la una de la otra. Tienes la opción de subir al Mannen (2 horas aprox ida y vuelta), desde donde se ve la playa de Haukland. Son ideales para fotografiar el sol de medianoche en verano o las auroras boreales en invierno. En Uttalkiev se puede ver «el ojo de uttalkeiv», una roca hundida en un charco que asemeja un ojo, pero sólo cuando hay nieve.

La joya al norte de la isla de Vestvågoy es la playa de Unstad, objeto de deseo tanto para fotógrafos como para surferos. El desvío por carretera está bien indicado desde la E10. Se encuentra encajonada en un valle entre montañas al que se accede por un túnel. Es casi toda de piedras grandes pero es una pasada ver a los surferos enfundados en sus neoprenos cabalgando las gélidas olas.

Cómo llegar a Lofoten

Si prefieres el avión, puedes volar a Svolvær o Leknes, haciendo varias escalas, con la líneas Wideroe o SAS, aunque prepara el bolsillo porque los precios son bastante elevados. La opción más económica y sencilla es volar al aeropuerto de Harstad/Evenes, a 30 km de Narvik, que tiene vuelos directos desde Oslo a un precio bastante asequible. Después tienes varias opciones para llegar a las islas:

  • tomar el autobús 300 de línea regular y suele parar en casi todas las islas
  • coger el flybus, con menos tramos horarios y menos paradas pero más cómodo
  • Alquilar un coche en el aeropuerto, las más recomendada para luego moverte por las islas.
  • En barco desde Bodø hasta Moskenes o Leknes. El ferry express tarda unas dos horas y media y puedes subir el coche. Puedes consultar rutas y precios aquí. No lo recomiendo si sueles marearte porque en esa zona las corrientes se notan.
  • En el Hurtigruten, el popular barco «del correo noruego» que ahora se usa para cruceros, con restaurantes, cine y jacuzzis en el exterior. Puedes tomarlo desde cualquier puerto, Bergen, Trondheim… yo lo cogí desde Bodø y hace parada en Stamstund y Svolvær, unas 6 horas. El barco Hurtigruten es una buena opción si buscas conocer toda la costa noruega en una semana o 10 días.
Carretera, Lofoten

El autobús 300 es una línea regular que sale desde Narvik y recorre todas las islas hasta llegar a Å. Un trayecto entero puede suponer entre 8 y11 horas. Narvik es conocida por su estación de esquí, que funciona también por la noche, y por tener un importante pasado estratégico durante la Segunda Guerra Mundial. Está al lado de la frontera con Suecia y se comunica con el país vecino por bus y tren, el famoso Tren del Ártico.

También tiene conexión con Tromsø gracias a la línea regular de autobús The Artic Route, con solo una salida diaria. Que por cierto, hace parada en el Polar Park, un parque natural donde puedes ver animales árticos viviendo en su entorno.

Horario línea 300 (Narvik Å)

Autobús Tromsø- Narvik The Arctic Route

Dónde alojarse en Lofoten

La mayoría de las casas de alquiler las encontrarás en airbnb.com y también hay algunos hoteles en booking.com en Svolvær y Leknes. Si no tienes coche, te recomiendo Svolvaer, que cuenta con restaurantes, supermercados y es punto de salida de excursiones organizadas. Si vais varias personas, lo mejor es alquilar una casa y moverte a tu aire en coche. Y si buscas algo con más encanto puedes alojarte en una rorbuer, la cabaña típica de madera que usaban antiguamente los pescadores como refugio y que ahora están reformadas y preparadas para el turismo. Las reconocerás por sus colores rojos y amarillos. Si vas en invierno es importante que esté cerca de la carretera, para evitar que el coche se pueda quedar atrapado en la nieve.

Una opción económica es el Hotel Fast Svolvær, un alojamiento funcional, donde te haces tú mismo el check-in y te dejan una bolsa con el desayuno en la puerta. Si quieres algo con más nivel, la cadena de hoteles Scandic, el Anker Brygge, Nordis o Thon Hotel.

Rorbuer, cabaña, Lofoten
Cabaña de pescadores típica a la orilla del fiordo

Cómo moverse por las islas

Recorrer estas islas en coche es la mejor opción, ya que el servicio de autobús es muy limitado en horarios. Querrás detenerse a cada minuto para disfrutar de la belleza del paisaje y disparar mogollón de fotos, pero cuidado porque la carretera no tienen arcén y está vallada, por lo que es difícil encontrar un hueco para parar. El precio del alquiler es más caro que en España, como todo en este país, pero te da la libertad de moverte a tu aire. Te aconsejo contratar la cobertura del seguro completa porque a veces se puede quedar el coche atrapado en la nieve o te puede salir un animal. Yo lo alquilé a través de rentalcars y también puedes hacerlo en la aerolínea Norwegian.

También existen excursiones y tours guiados, sobre todo en verano, con precios que superan los cien euros. La parte buena es que los guías se conocen las islas a la perfección y te pueden aportar información que no tengas, sobre todo si quieres hacer alguna ruta de trekking, navegar en kayak o esquiar. La mayoría salen de Svolvær. Más info en la web oficial https://lofoten.info/lofoten

Lofoten
Conduciendo por las Lofoten
Carretera en Lofoten

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